6.3.08

ENTREVISTA M.A. MARTÍN/I: INFANCIA Y PRIMEROS PASOS


¿Existen elementos autobiográficos en “Brian the Brain”? ¿Cómo fue tu infancia en el colegio?
Hombre, lo más autobiográfico que hay en mis historietas es “Psicopatía Sexualis”, pero eso no te lo voy a decir (risas)
Sí que hay elementos autobiográficos, pero son cosas sueltas y puntuales. En concreto en Brian, hay una historieta que se llama “Rufus” sobre un perro que es sordo, que es el perro de mi hermana. Ella tiene un perro que, aunque no se parece a ese, sí que es sordo.

Entonces de pequeño tenías amigos. No tenías el cerebro por fuera de la cabeza ni nada de eso…La gente bromea mucho con mis historietas respecto a eso, pero yo no soy freak, nunca lo he sido. Ni siquiera el típico con gafas de pasta que va a las tiendas de cómics, entre otras cosas porque yo vivía en León y allí había una tienda ce cómics a mediados de los 80, pero no había ambiente freak porque aún no existía ese rollo en el mundo de los cómics de esa época. Ahí yo conocí a Toño Benavides, que es ilustrador en El Mundo y otros tantos sitios, pero no teníamos ese concepto. Por otro lado, la actividad que yo desarrollaba allí era para periódicos, poco freak había por allí, y para un bar que se llamaba Garabatos que había conciertos de rock de la época, y nosotros muchas veces hacíamos los carteles, exposiciones… Estaba todo muy mezclado con el rollo de La Movida, pero en León.
Además, hasta que yo me metí por entonces en el ambiente de los cómics y la escena musical de León, los amigos que yo tenía eran gente del colegio o de la facultad, completamente “normales”. Al único que le gustaban los tebeos o la música rara era a mí, ellos llegaban a veces a mi casa y oían unos ruidos espantosos y hacían bromas en plan “Anda, ya se te ha estropeado la batidora, ja, ja”. Luego nos íbamos a tomar copas por ahí y no hablábamos de nada de eso porque yo sabía que no les interesaba.

Respecto al tema de la alienación infantil que aparece reflejado en Brian, porque no tiene amigos o sus amigos son siempre muy raros, podrían establecerse relaciones con ciertos niños de hoy, que están siempre en su cuarto con Internet y no salen a la calle…Aquí sí que podría ser un poco autobiográfico, porque yo aunque no era freak, era el único del cole al que le gustaban los tebeos, y los fines de semana me los pasaba en casa leyendo, viendo películas por televisión o yendo al cine, que iba mucho. Era en lo que me gastaba la paga, hasta los 15 años que me aficioné a la música a través de un amigo de mi hermano que trajo a casa el “Wish you were here” de Pink Floyd.
A mí hasta entonces la música me la pelaba, me gustaba leer, el cine, los tebeos y un poco el arte, pero de música nada. Yo recuerdo una tarde que llegué a casa y escuchaba una música muy rara, un pasaje instrumental como con ruidos de máquinas, y luego la portada que ya me impactó por el mero hecho de que en lugar de la típica foto de los músicos, salía un tipo dándole la mano a otro que estaba ardiendo. Ahí empecé a escuchar música, y hoy es lo que más me gusta...
Pero volviendo a lo de la infancia, el lunes llegaban los chicos a clase hablando de fútbol y, los más precoces, de que si habían metido mano a una chica en la discoteca. En esa situación sí que me sentía un poco solo porque yo a los 13 años no tenía nada que decir porque ni me gustaba el fútbol ni iba a discotecas, pero vamos que tampoco me sentía desplazado luego tenía mis amigos y bien. Aparte había otras cosas como equipos de balonmano, de jockey o fútbol a los que yo nunca me apunté, porque ya de por sí siempre he tenido dificultad para estar en grupo…

Comentas que comenzaste a profesionalizarte haciendo carteles para conciertos y colaborando con periódicos.
Sí, todo empezó con una exposición de tebeos míos en un bar de allí. Porque yo antes que nada, lo que hacía eran tebeos. Parte de Psicopatía Sexuales lo traje dibujado de mi casa, para mí no para verlo publicado. El caso es que vio la exposición un periodista del Diario de León, que era aficionado a los cómics, y me hizo una entrevista porque le gustó la expo, y ahí comencé a publicar con ellos. Primero ilustración, luego chistes, las tiras de Keibol Black, las de Kyrie, etc. Que por cierto, hay que pararse a pensar que se publicaba en un periódico, un pequeño diario de provincias, pero con distribución en kioscos y que llegaba a las casas; algo que con la corrección política actual es totalmente impensable.

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