6.3.08

ENTREVISTA M.A. MARTIN/XII: MUJERES, AMOR Y CYBER-PUNK


¿Consideras que el cyberpunk se ha convertido en un cliché? Ahora hasta en los dibujos animados ves personajes con brazos de metal y cosas por el estilo.
El problema no es el cliché, sino el enfoque. Llevan brazos de metal, pero como si no los llevaran, no les afecta. En “Rubber Flesh” le afectaba a su personalidad y su forma de ver la vida. Hablo de esta obra porque mucha gente la ha catalogado como cyber-punk, aunque yo creo que no lo es. Intento no caer en clichés, aunque sea inevitable.
No obstante, creo que la gente se preocupa demasiado por la forma. Esta bien que lo cuides pero, ¿qué me vas a contar? ¿Lo de siempre otra vez?
Es un poco como lo que hablábamos antes de las biblias de los guionistas. ¿Crees que los productores y los editores buscan la obra más original? Lo que quieren es el mismo perro de siempre con un collar distinto. ¿Y qué es el collar? Pues le pongo un brazo de metal aquí o, en vez de en el siglo XVIII lo ambiento en el XXV. Pero es la misma historia de siempre.
Mira que no da juego la clonación, pues sólo me he encontrado con una película interesante: “Gattaca”. Luego ya tienes las versiones con Schwarzenegger y demás, que es el mismo rollo de siempre. Y los clones en los superhéroes, el mismo cliché. “La isla”, otra vez como “La fuga de Logan”… Eso son mierdas, en una cogen a Schwarzenegger y lo montan en un helicóptero y en la otra a ponen a todos de blanco y los meten en una isla. Lo veo igual en el rollo manga, que encuentro la estética y la animación fascinante, pero son las mismas ideas siempre.

¿Te encuentras próximo al cyber-punk?Me encuentro más próximo al concepto de Burroughs. De hecho me parece que William Gibson (el llamado padre del cyber-punk) carece de sentido del humor. Me parece que su libro “Neuromante” comienza de forma magistral: “El cielo tenía el color de un canal muerto de televisión”. Pero luego fui viendo que era el mismo rollo otra vez, un tío que se mete en el cyber-espacio y hace lo mismo que hacía en el mundo real. Estoy en el cyber-espacio y aquí ya vale todo con tal de hacer un clic, eso es un truco de guionista barato.
Lo comentaba en una comida con Alex de la Iglesia, que es como el rollo este de las pelis de, ¿será sueño o será realidad? ¿Me tienes aquí dos horas para contarme que luego todo era un sueño? ¡Te doy con el puño así en los dientes! (Risas)
Otro caso de oportunidad perdida de adaptar bien un libro al cine. En “El club de la lucha”, todo para que al final sea un tío esquizofrénico que ha montado todo el tinglado. Con lo interesante que es el concepto de un grupo de tíos que se juntan para pegarse y las relaciones que se dan entre ellos… Pero igual eso es lo que Hollywood no quiere contar.
Con otra película estupenda pasa igual, “Atrapado en el tiempo”. La caga al final. Toda la película es original y divertida pero, ¿todo ese rollo sólo para conquistar a la chica? Di que has aprovechado eso para follarte a la chica y si puedes a otras cuarenta del pueblo, y ojala no se te acabe el don para poder follarte a cuarenta más la semana siguiente. Pero no, todo es por el amor.
Hay otra, “Estado alterados” de Ken Russel, el que hizo “Tommy” con The Who. Un planteamiento nuevamente estupendo, un tipo se aísla en una cámara con un poco de agua a temperatura corporal durante un largo tiempo hasta que su cerebro comienza a sufrir alucinaciones por la propia soledad. El tipo regresa a un estado anterior de conciencia, sale de la cámara hecho una especie de Neandertal, ataca a la gente, etc. Todo con unos efectos especiales que, para la época, estaban muy bien. Pero al final se soluciona con que, para sacarle de los estados alterados, se enamora y, una vez más, el amor lo arregla todo. ¡Ven aquí Ken Russel, que te voy a dar con el puño en los dientes! (Risas)


¿Serías capaz de ponerle un happy end a alguna de tus obras con tal de sacarla adelante?
Por pasta, sí. Como ya he dicho, yo necesito el dinero para vivir, y si con eso además consigo que se haga la película, no me importa. El tema está en saber si el final de estos guiones ha sido por imposiciones del productor o por autocensura del propio guionista.

¿Qué tipo de amor quieres mostrar con “Playlove”, tu nueva obra?
Es una relación amorosa, como siempre, contada desde otro punto de vista. Aunque en realidad, es una actualización del mito de Casanova, con otra perspectiva.
Es una chica que se enamora de un psicópata, que no un asesino, y cómo eso afecta a sus relaciones personales.

Es una novela rosa made in Miguel Ángel Martín.
De un modo bastante relativo, pero podría decirse que sí. (Risas)
Va un poco en la línea de “Surfing on the third wave”, para que la gente pueda hacerse una idea…

Había una definición en “Anal Core” que me hacía cierta gracia en la que hablabas de las mujeres como. “Esas brujas con mezquinas maneras y pésimo estilo”. Hay gente que acusa tus historietas de machistas.Aquí hay que puntualizar. En primer lugar, una cosa es que mis personajes puedan ser machista y otra que yo lo sea. En segundo lugar, yo por machismo entiendo, el hecho falso de que las mujeres, por ser mujeres, son más débiles, tontas, no tienen alma o no deben poseer los mismos derechos; eso ni lo pienso ni es así y se acabó.
Otra cosa, que es lo que yo trato en mis cómics, son las relaciones personales, las que yo veo en la calle. Y en ese caso, en las relaciones entre hombres y mujeres, se dan ciertas dinámicas en las que cada uno utiliza sus armas para conseguir lo que quiere. Y de ahí surgen los clichés del “bajabragas”, la “calientapollas” y demás, que son los que utilizo en mis tebeos.
¿Qué ocurre? Que mis personajes tienen la mala costumbre de decir lo que piensan, y si un personaje se comporta de esa manera ellos lo comentan sin pelos en la lengua.
De hecho algo que me gusta tratar es, ante un mismo comportamiento, cómo se ve si lo hace un hombre, o una mujer, o un joven o alguien mayor.
Y es algo que se ve a diario en los bares. Tengo en frente un bar de salsa y las chicas que entran cada noche se les ven las bragas desde la ventana. A las chicas de Malasaña, no. Pero eso no significa que no busquen lo mismo, sólo que utilizan distintas estrategias. Los tíos igual. Y todo eso conlleva una serie de argucias, mentiras y engaños, a veces con “calientapollez”, a veces con machismo, pero está ahí. No me lo invento yo, sólo lo reflejo en mis historietas. Y no tiene nada que ver con tener o no los mismos derechos.

En realidad, en tu obra, los personajes femeninos suelen ser especialmente listos e independientes.
Me alegro de que lo digas. Porque, ¿dónde está la misoginia entonces? Si yo pensase que las mujeres son idiotas no las pondría como protagonistas de mis tebeos. Y ahí tienes a Bitch, a la madre de Brian o a Mónika Ledesma en “Rubber Flesh”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo del Club de la lucha no me lo hagas... eso ha sido feo.

Por lo demás es muy estimulante dar vueltas por este Blog.

De un Space Monkey amoroso.