6.3.08

ENTREVISTA M.A. MARTIN/IX: COMO CONVERTIR UN BUEN CÓMIC EN UN CÓMIC EXCELENTE


¿Cómo te planteabas las series para El Víbora?
Normalmente eran ellos los que planteaban las series nuevas. Yo empecé con “Rubber Flesh” que fue la que más duro, en torno a dos años y medio creo. Cuando vieron un poco agotado el tema me dijeron que propusiese otra y así cada cierto tiempo hasta que cerró.
Yo, cada vez que me pedían un cambio, les presentaba dos o tres ideas, con los personajes y el argumento más o menos desarrollados y ellos elegían. Sobre eso yo ya luego iba improvisando en base a los temas que quería tratar. Por ejemplo en el caso de “Bitch” fue un spin off de “Surfing on the third wave”.

No trabajabas con un guión cerrado.
No, la primera vez que he escrito un guión al 100% ha sido para la novela gráfica en la que estoy trabajando ahora y, bueno, para la historia larga que completó el libro de “Brian the Brain”, que fue más bien una escaleta.

Que nos puedes contar de “Jelly beans”, la serie que se cortó con el cierre de la revista.
Fue una serie de transición, porque ya sabíamos que aquello iba a durar poco. Les presente tres historias.
La primera, “Amok” sobre ultraviolencia. Pero no la del psicópata, sino la del psicótico, que es más como un arrebato. De hecho el título es una palabra india para denominar ese proceso por el cual un tipo coge un hacha y se pone a matar a todo el mundo.
La otra era “Neurodrama”, que puede que en algún momento la retome. Eran tres chicas que hacían música comercial tipo Spice Girls y vivían en la misma mansión. Iban vestidas como dolls japonesas, y cada una se llamaba como el color de su vestido: Amarillo, Azul y Rosa. Quería tratar el fenómeno fan, a un nivel mainstream que es el más chungo, y el fetichismo, un poco inspirado por aquel fan de Björk que le mandó un vídeo en el que se suicidaba.

¿Qué nos hubiésemos encontrado en “Jelly Beans” de haber continuado?
Con esa serie quería tratar dos temas, por un lado la influencia de la pornografía en un chico que era, como yo, gran fan de Max Hardcore. Que es un tarado que lo que hace yo considero que va más allá del porno. Y la chica, por otro lado, era un personaje que vivía en base a un libro de autoayuda que fue best-seller en los EE.UU. llamado “The rules”. Es la Biblia para cualquier chica cuyo objetivo en la vida sea casarse con su hombre ideal. También iba a incluir temas como la anorexia, siempre desde mi punto de vista personal, y otros temas de actualidad que no había tratado como las matanzas tipo Columbine.

¿Cómo planteas los guiones, cuando los haces?
Todo comenzó con el cine, pues este último es el cuarto guión que he escrito para distintos proyectos que ahora mismo estamos moviendo por productoras. Me lo curro de este modo, y si no sale, lo adapto al cómic como es el caso de “Playlove”.

¿Cómo guionista, qué te parecen los libros y manuales sobre guión?
He leído algunos, creo que “La Biblia del guionista” y “Cómo hacer de un buen guión, un guión excelente”, que más bien debería llamarse “Cómo hacer de una puta mierda algo que se venda”. (Risas) Yo ahí encuentro cosas que no haré jamás en un guión, pero también es cierto que esos patrones son, estadísticamente, los que más y mejor funcionan en Hollywood.

Sin embargo el conocer esas reglas te puede servir para romperlas.
Por supuesto. Yo soy una persona que siente curiosidad por todo, y en ese aspecto me resultan interesantes. Aunque algunas de sus valoraciones eran de chiste.
Recuerdo uno en el que decía. “Los protagonistas nunca deben emitir opiniones. Si hay que decir algo, mejor que lo haga un secundario”. Eso evidentemente en mis tebeos no pasa. (Risas)

Respecto a eso ¿Cuánto hay de ti en lo que dicen tus personajes?
Pues depende, en ocasiones sí que dicen cosas que yo pienso y otras muchas veces son cosas que me pasan por la cabeza, pero que no tengo del todo claro. Así que las pongo en boca de mis personajes a ver que pasa. Claro que otras veces también dicen y hacen cosas que yo no comparto en absoluto.

¿Temes que se confunda a la persona con el personaje?
No, porque parto de la base de que, lo piense yo o no, todo lo que llega al lector es ficción, y es tarea suya sacar sus conclusiones. También pasa con los contenidos, hay cosas que saco que son reales, algunas autobiográficas, y otras no. Incluso algunas citas que menciono son inventadas.

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