MONTEYS 1/11: INICIOS
Una entrevista a un autor de tebeos no sería una entrevista si no comenzase por un: ¿Cómo empezaste a dibujar tebeos?
Siempre dibujé desde pequeño, no es una cosa que un día digas, entre carpintero y dibujante... Sí que recuerdo que un momento me di cuenta de que eso era realmente un trabajo y que se podía vivir de ello. Pera la verdad es que realmente, yo no podría hacer otra cosa que no fuese vivir de dibujar tebeos, en ese caso sería un homeless o algo así, porque realmente no tengo capacidad para hacer nada más.
En cuanto a mis influencias, de pequeño sobretodo el tebeo franco-belga, mucho tebeo catalán de la época, de revistas como Cavall Fort, Tretzevents... Que eran las primeras que salían en catalán y la gente que era muy militante de ese rollo, como en mi casa, las compraba. Luego vino Bruguera, que para mi ha sido básica, Mortadelo y demás. Pero sobre todo Superlópez de Jan, cuando yo tenía 7 u 8 años fue un descubrimiento brutal. Sobretodo porque creo que eran historietas del rollo Bruguera pero con algo más, historias mejor contadas, un estilo más a la francesa, y sobretodo un sentido del humor muy bueno. Yo creo que los once primeros álbumes o así de Superlópez son clásicos, todos y cada uno de ellos.
Yo, de los primeros tebeos que recuerdo que anduviesen por mi casa, uno era “El señor de los chupetes”, que creo que era de mi tío...
Bueno, yo ese lo he leído y releído. Fue el primero que me compré y aún lo conservo. Está gastado por los lados y las hojas están amarillas de tanto leerlo y releerlo, pero aún lo tengo.
Una vez que decides que quieres hacer tebeos, comienzas en fanzines y demás.
Como mucha gente, empecé en la revista de la escuela. Y cuando comencé, que hice un año en la Escuela Joso, conocía a mucha gente y me sumé a un fanzine de Mataró que se llamaba ¿Qué trames? Aunque me pasaba lo típico de cuando tienes esa edad, unos 18 años, que tenía una producción muy dispersa. Con suerte hacía una página cada tres meses, te da mucha pereza, no dominas la técnica... Era una época de muchas dudas y el punto de inflexión fue cuando entré en Bellas Artes y conocí a los futuros miembros de La Penya: Ismael Ferrer, Alex Fito, Ismael Álvarez.
Conectamos mucho e íbamos casi a una, éramos como gemelos a los que nos habían separado al nacer. Ahí fue como si empezásemos de cero, todos veníamos con nuestra técnica autodidacta chapucera y nos juntamos para hacer el Mondo. Hicimos un nº0, muy pobre técnicamente pero con mucho entusiasmo e ilusión, y ahí todos comenzamos a aprender cómo se hacían los tebeos.
Ahora mismo no concibo el hacer un guión con otra persona, pero entonces, como estábamos empezando, sí. Nos juntábamos y uno iba dibujando mientras los otros soltaban lo que se les ocurría, e iban saliendo guiones, quizá no muy sólidos pero sí muy frescos y divertidos. Fue justo así como todos nos fuimos metiendo en el mundo del tebeo...
Yo recuerdo cuando te descubrí, inconscientemente, fueron unas páginas para una revista de juegos de rol llamada Líder.
Sí, eso fue un poco antes del Mondo. No recuerdo muy bien cómo fue la cosa, pero alguien de la facultad, en primero, me comentó que iban a ir a una editorial de juegos de rol, a ver si les daban trabajo, y yo me apunté. Es curioso, porque yo no jugaba al rol ni nada, era algo que me atraía, pero mis amigos no eran lo bastante frikis... Recuerdo incluso que tenía un juego y siempre les decía: “Vamos a jugar a esto” Pero al final nadie quería y lo volvía a guardar. Así que, por lo que me imaginaba que podía ser aquello, les preparé una especia de propuesta y les gusto. De hecho a raíz de eso sí que conocí gente y anduve un tiempo jugando al rol, incluso llegué a trabajar un tiempo para ellos como encargado de producción en Joc Internacional.
Además, parecía una revista que cuidaba bastante el tema de las ilustraciones, yo recuerdo que el primer número que compré fue por una estupenda portada de Das Pastoras.
Eso era porque el editor era un tipo muy inquieto gráficamente, era muy amigo de Arnal Ballester, que les hizo el logo, le gustaba mucho Max... Y era curioso porque al lector no le gustaba nada ese rollo, lo de das Pastoras quizá sí gustaba, pero la línea más moderna de Ballester y demás les parecía feísimo y nos mandaban cartas poniéndonos a caldo...
¿Ahí ya comenzaron a pagarte por dibujar?
Sí, poco, pero supongo que podría considerarse como mi primer trabajo remunerado. Aunque seguro que si lo viese ahora me daría mucha vergüenza porque era una época en la que yo no sabía todavía hacer tebeos, como se contaba una historia y demás...
Si te sirve, yo recuerdo que eran bastante graciosas...
Sí, de vez en cuando todavía sale el tema y la gente lo recuerda con bastante cariño. Pero para mía era una época horrible, no sabía muy bien como hacerlo, intentaba usar la plumilla, metía muchas rayas por todas partes...
Antes del Mondo vino también la colaboración con Sergi San Julián en Gorka.
La cosa fue que yo conocía al editor de Camaleón, Juan Carlos Gómez, del Estudio Phoenix y de un fanzine llamado Arrebato que se hacía en la Librería Newton de Barcelona, estaba también Paco Alcázar y gente así... Juan Carlos, cuando empezó San Julián hizo un número o dos y como vio que tardaba mucho me dijo que por qué no le ayudaba. Al principio él fue muy hospitalario, dijo de hacer el tebeo a medias, pero al final no se podía obviar que Gorka era el proyecto de Sergi y su nivel era muy superior al mío. Así como con La Penya íbamos todos a una, con Sergi no acaba de encontrar mi sitio.
Más tarde, casualmente o no, cuando tú ya estás asentado en El Jueves comienza Sergi a publicar allí.
No necesariamente, hombre vino allí porque estaba yo, que ya era una cara amiga dentro. Pero en todo caso, en El Jueves por amistad no entra nadie, porque si no habría allí muchos más autores de los que hay. Él ahora está haciendo una serie de álbumes para Francia de robots o algo así, la verdad es que le he perdido un poco la pista.
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